Los derechos de
las mujeres no son moneda de cambio
Por Montserra Boix* | Opinión
España,
11 Oct (CIMAC).- Lejos quedan aquellos tiempos en los que, en los
primeros momentos de la legislatura, Jesús Caldera nos daba la buena
nueva de que sería una mujer, Soledad Murillo, quien asumiría la
Secretaría de Igualdad.
Pocas buenas noticias hemos recibido
del Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales desde entonces.
Costó que Murillo
tuviera lo mínimo imprescindible, incluido espacio y lugar para su
despacho. Teníamos que visitarla mientras vivía "de prestado" en la
sede del Instituto de la Mujer, por cierto, situado en los confines
de la capital hasta que "por fin" le hicieron un hueco -literal- en
la sede del ministerio.
Bueno, lo más
importante no es tener "un buen despacho" -pensamos entonces quienes
seguíamos de cerca el proceso-. Lo importante son las políticas y
según las directrices del Presidente Zapatero y dada la capacidad de
la Secretaría de Estado de Igualdad, parecía que por fin podíamos
sentirnos justamente representadas en este nuevo gobierno, que se
había conformado con notables ausencias, que desde el movimiento
feminista lamentamos.
Pero fue pasando el
tiempo y pudimos constatar la precariedad en la que se veía obligada
a trabajar la secretaria de Igualdad. Los presupuestos generales del
Estado que estos días se están debatiendo en el Congreso de
Diputados -por cierto de dominio público para quien le asalte la
duda- son la muestra definitiva, incluso, en aquellos aspectos que
pueden considerarse como "proyectos estrellas" del gobierno de
Zapatero, entre ellos, la Ley Integral contra la Violencia de
Género.
El Ministro Caldera
ha dejado sin dinero el Plan de Sensibilización contra los Malos
Tratos y del Observatorio Estatal contra la Violencia de Género.
La cuestión es
todavía más grave si cabe, teniendo en cuenta que estos presupuestos
pueden ser fácilmente el listón más alto al que se pueda aspirar en
esta legislatura.
Por otro lado, la
esperada "Ley de Igualdad" que debía pasar por el Congreso de
Diputados antes de final de año, sufre de momento un retraso de más
de medio año y se maneja actualmente la fecha de mediados de abril
del 2006 para que vea la luz.
El presupuesto
general de la Secretaría de Igualdad para este próximo año es
irrisorio y, desde luego, incompatible con la declarada intención de
hacer de la lucha por la igualdad de derechos entre hombres y
mujeres una de las banderas de la legislatura. Ningunear esta
Secretaría de Estado significa menospreciar muchos años de trabajo
de las organizaciones de mujeres y del movimiento feminista en la
lucha para que los derechos de las mujeres se conviertan por fin en
un derecho fundamental que el propio estado y el gobierno
salvaguarde.
En estos momentos se
está estudiando realizar enmiendas parlamentarias o destinar
"créditos extraordinarios" por parte de Hacienda para "corregir el
error". Pero lo cierto es que los derechos de las mujeres y las
políticas de igualdad no pueden ser moneda de cambio al final de una
negociación y deben tener el espacio que años de lucha por la
defensa de los Derechos Humanos -también los derechos a igualdad de
oportunidades- requiere.
*Integrante de la
Mujeres en Red